Edad dorada de los videojuegos
En el
verano de 1982 la fiebre por los videojuegos aumentó considerablemente.
Desde que Space Invaders irrumpió en el mercado en 1978 los ingresos
generados por la industria habían pasado de los 454 millones de dólares
de ese año hasta los 5 313 millones de 1982, es decir, estaba
incrementando sus beneficios un 5% mensualmente. El interés del gran
público por los videojuegos parecía no tener fin y las máquinas
recreativas se encontraban por doquier, desde los bares y restaurantes
hasta los hoteles y supermercados. Tal fue el éxito de la Atari VCS en
Estados Unidos que en el país muchas familias disponían de una unidad
conectada a su televisor, y algunos programadores de juegos habían
pasado de simples aficionados a verdaderos millonarios. Las más
importantes compañías dedicadas al negocio del entretenimiento habían
creado sus divisiones de videojuegos, como sucedía con Lucasfilm, Walt
Disney Pictures, Quaker Oats, Parker Brothers, 20th Century Fox o Thorn
EMI, e incluso McDonald's se había asociado con Atari. El gobierno
estadounidense favorecía el crecimiento de una incipiente industria
que, a su vez, se veía favorecida por las crecientes capacidades
gráficas y sonoras de las nuevas generaciones de computadoras.